Mi vida junio 16, 2020
823Views 2Comments
He aprendido a superarme cada vez que la vida me lo ha pedido, sin miedo y aceptándolo como una nueva oportunidad. Porque la vida empieza muchas veces…
…es una carrera de obstáculos, nos va poniendo pruebas que debemos superar, unas más fáciles y otras más difíciles, hasta a veces, incluso nos zarandea cuando menos lo esperas. Es ahí, en esos momentos, cuando te das cuenta de qué es importante, de lo relativo que es todo, lo grande se hace pequeño y lo pequeño, grande y de que las cosas tal como van vienen y tal como vinieron se van.
Superar las adversidades lleva su tiempo. Tiempo en el que puedes llorar, gritar, enfadarte y volver a llorar, pero a partir de ahí empiezas a ver cada día con más claridad. Empiezas a dar gracias por las cosas pequeñas, cosas que ni te habías dado cuenta de ellas. Vivimos en muchos casos acelerados, estresados, cegados en nuestro día a día. Mecanizados en muchas ocasiones y sin cuestionarnos ni siquiera qué cosas nos hacen felices o cómo queremos vivir nuestra vida.
Fui azafata de vuelo por vocación, soy de las que ir a un aeropuerto me ha emocionado siempre, sigo alucinando cada vez que veo cómo despega y aterriza un avión y de las que se gira cada vez que veo pasar una tripulación de vuelo. Luché por mi sueño y lo logré. Aún recuerdo el día que me llamaron para decirme que ‘estaba dentro’. Había pasado por un curso privado de preparación. Unas pruebas de selección de compañía, un curso de la propia compañía y de habilitación de tipologías de avión, pruebas físicas de natación y médicas. Cuando recibí la llamada no pude más que sentir felicidad. Sueño cumplido y a surcar los cielos. Luego, como todo en la vida, te das cuenta de que no todo es tan bonito como te imaginas, pero desde luego y sin dudarlo fue una de las épocas más felices de mi vida.
Y aun disfrutándolo tanto durante once años de mi vida, llegó el momento de parar, de bajar del avión y de pensar en una nueva etapa.
Beatriz Tajuelo
La vida de la aviación no siempre es compatible con el resto del mundo y, en mi caso, mi vida personal pesaba más en la balanza. Así que, cargada de miedos e incertidumbres pero con mucha ilusión, cambié de rumbo.
Cuando inicias un nuevo proyecto laboral te invade la ilusión y el miedo. Ilusión por entregarte al máximo y aportar y miedo por no estar a la altura, por tardar en aprender o por fracasar. Y eso fue lo que sentí cuando inicié mi nueva etapa en el mundo de la música. Un sector que admiraba pero del que no sabía prácticamente nada. Aprendí tanto y del que aprendí muchísimo del sector y de la vida, porque, poniendo empeño y ganas, se consigue llegar a donde quieras.
Mi vida ha seguido girando y girando, unas veces para mejor y otras para peor, pero está claro que las adversidades te hacen fuerte, que te sirven también para parar, reflexionar y recalcular. Y que son en esos momentos cuando te preguntas: ¿qué quiero hacer en la vida?, ¿qué cosas me hacen feliz, me reconfortan?, ¿cómo quiero vivirla? ¿Qué quiero aportar al mundo?
En esas me encontré yo, llena de preguntas que poco a poco he ido resolviendo y rencontrándome a mí misma y con la gran suerte de contar con la ayuda y el apoyo de mucha gente a la que le estoy y estaré siempre agradecida.
Porque la vida son momentos, la vida es el camino, son decisiones, con sus aciertos y sus errores, la vida es superación…
2 Comments
by Maria Ontoba
La vida es superación e ilusiones que se van haciendo realidad poco a poco. Enhorabuena porque uno de tus sueños ya se ha cumplido. Un abrazo mi querida Beatriz.
by Beatriz Tajuelo
¡Muchas gracias María!
Todo mi cariño también pata tí.
Un saludo,
Beatriz.